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Como Lograr Entrevistas de Trabajo Exitosas


Respondiendo Preguntas Difíciles
Con el pasar de los años todos los que hemos enfrentado entrevistas de trabajo constatamos que las mismas preguntas, más o menos difíciles, nos persiguen una y otra vez, y son una constante independientemente del sector al que pertenezca el entrevistador, ya sea que se trate de un headhunter, del representante de Recursos Humanos la empresa o de nuestro potencial próximo jefe
Estas preguntas, aparentemente rutinarias e inofensivas, son en realidad una herramienta muy útil para el entrevistador para investigar nuestro "yo oculto", y pueden boicotear al mejor candidato, si no son preparadas con anticipación y consideradas con toda la seriedad que merecen. Aquí algunos ejemplos.


"Hábleme un poco de usted"
Esta es una pregunta abierta, cuyo objetivo no es obtener un resumen de la trayectoria profesional del candidato, ni de su vida personal. Más bien lo que busca esta pregunta es investigar la manera de interrelacionarse del prospecto, entender cómo se ubica en su entorno y cuales considera que son los aspectos de sí mismo que vale la pena resaltar, priorizándolos sobre el resto. También se evalúa la capacidad de síntesis, la capacidad de comunicación, de expresarse correctamente, cómo la persona hila sus ideas, sus habilidades sociales y hasta cuales son sus prioridades en relación a su universo y el de los demás (si es que el candidato está consciente que existen y sabe que también tienen necesidades, al igual que él...).
Es importante tener preparada la respuesta a esta pregunta para no caer en soliloquios que podrían malgastar el tiempo a nuestra disposición y perder así la oportunidad de demostrar que somos un candidato valioso para el puesto (o no).
Lo principal que debemos resaltar son nuestras fortalezas en relación al valor que podemos agregar a la empresa a la que postulamos, sin perdernos en recuentos cronológicos de estudios y trabajos anteriores sin contenido de interés real para el entrevistador. Para esto debemos tener claro el rubro de la empresa a la que postulamos, el área a la que pertenece el puesto en cuestión y el backround del entrevistador, para establecer con éste un rapport que facilite establecer un vínculo de confianza.

¿Por qué le gustaría trabajar en esta empresa?
El entrevistador, más allá de escrudiñar nuestro interés en la compañía, quiere conocer nuestras motivaciones para aplicar al puesto, quiere saber si sólo estamos interesados en el sueldo o si estamos tratando de escapar de nuestra posición actual y por qué. Si sólo nos interesa el sueldo, un candidato con motivaciones como autorrealización, ascenso y crecimiento personal podría agregar mayor valor a la empresa. Si estamos escapando de un trabajo que nos aburre o en el que tenemos conflictos con el entorno, ¿qué garantiza que lo mismo no nos sucederá en esta empresa también?
Esta pregunta nos da la oportunidad de diferenciarnos de otros candidatos gracias a nuestro entusiasmo, motivación, conocimiento del sector o deseo de ampliar nuestros horizontes. Una vez más tenemos que haber investigado a fondo el rubro y la empresa a la que postulamos, tratando también de conocer todo lo posible sobre la cultura y los valores de la empresa, a los que tenemos que estar listos a alinearnos y asumir como propios desde un primer momento, si consideramos que el puesto vale la pena y queremos conseguirlo.

¿Donde se ve a sí mismo en 5 años?
Respuestas como: "En Maui, relajándome" ó "En tu puesto" parecen adecuadas para relajar el ambiente con un poco de humor, pero si no tenemos confianza con el entrevistador, es mejor evitarlas.
Si el puesto al que postulamos está dentro de nuestra actual empresa, ¡incluso podríamos quedar como desleales si se percibe que nos imaginamos en otro trabajo, en los próximos 5 años!
Si bien nadie se espera que uno se case con la empresa de por vida, esta pregunta es una referencia de nuestras aspiraciones de crecimiento, ya sea dentro que fuera de la compañía, y nos brinda la oportunidad de expresar nuestras expectativas y en qué áreas consideramos que podemos desarrollarnos más y mejor, agregando mayor valor.

¿Por qué desea dejar su trabajo actual?
"Porque no me suben el sueldo hace 5 años, a pesar de los buenos resultados y de mi contribución para lograrlos", "Porque no soy parte de las argollas y no tengo 'padrino' que me ayude a ascender", "Porque no me llevo bien con mi jefe y odio mi trabajo"... Es obvio que si estamos buscando cambiar de trabajo es porque lo que hacemos no llena nuestras expectativas, ya sea desde el punto de vista económico, de la labor en sí o del ambiente laboral, pero al transmitir esta insatisfacción abiertamente a un potencial nuevo empleador con comentarios negativos no nos hacemos ningún favor, pues todo lo que digamos implica muchas variables que probablemente no logremos explicar en ese breve contacto y sólo le dejamos en nuestro interlocutor la sensación de desagrado que tenemos, sensación que recordará instintivamente cuando piense en nosotros en el futuro.
Lo mejor que podemos hacer en este caso es enfocarnos en las variables positivas de emprender un nuevo reto, sin menospreciar lo que tuvimos hasta el momento, aunque fuera un infierno y tengamos completamente la razón al estar descontentos.
Podemos hacer énfasis en cómo nos hemos desarrollado en nuestro trabajo anterior y cuanto hemos crecido como profesionales, pero comentar que ya nos sentimos preparados para asumir un nuevo reto y que, al momento, nuestra antigua empresa no podía ofrecernos una vacante en el siguiente nivel, por ejemplo. En ningún caso lograremos la simpatía del entrevistador con quejas y negatividad sobre nuestro antiguo empleador, al contrario, podríamos dejarla impresión de ser unos ingratos.

¿Cuál era su relación con su ex-jefe?, ¿Qué opina de él?
De nuevo, no nos hacemos ningún favor "rajando" de nuestro ex-jefe, al contrario, corremos el riesgo de parecer mezquinos y mal agradecidos frente a quien quisiéramos fuera un potencial nuevo empleador. Siempre hay que recordar que el mundo laboral es terriblemente pequeño, y en cualquier momento podemos encontrarnos nuevamente con personas de nuestro entorno anterior. Cuanto mejor sea nuestra despedida del trabajo anterior, mejores relaciones podremos establecer en la nueva empresa.
Tampoco es necesario mentir: si pensamos con tiempo nuestra respuesta, seguramente vamos a encontrar cualidades positivas para referirnos a nuestro ex-jefe, podemos señalar sus talentos y lo que aprendimos trabajando con él. Si sentimos que nos ignoraba, podemos comentar cómo nos daba espacio para desarrollar nuestro trabajo porque confiaba en nuestra capacidad. Si se la pasaba todo el tiempo sobre nuestro cuello, revisando al milímetro lo que hacíamos, podemos decir que le gustaba estar involucrado en el día a día de cada proyecto, apoyándonos desde cerca, por ejemplo.

¿Qué es lo que le gustaba menos de su antiguo trabajo?
Para contestar esta pregunta, se debe de tratar de evitar cualquier comentario que involucre las políticas, la cultura o la estabilidad económica de la empresa que dejamos, así como asegurarse de no mencionar algo que podría formar parte de nuestras responsabilidades en el nuevo trabajo.
Podemos enfocarnos en temas circunstanciales o logísticos. "Me encantaba mi antiguo trabajo, y viajar dos veces por semana a provincia me permitió conocer todo el país. Sin embargo, ahora que soy padre, prefiero no tener que alejarme de casa tan a menudo", por ejemplo.

¿Desde cuándo dejó su antiguo trabajo?, ¿Qué estuvo haciendo desde entonces?
De hecho no es agradable reconocer que no hemos encontrado un trabajo nuevo después de varios meses de haber dejado el anterior, si es que estuvimos buscando re-colocarnos de inmediato pero no lo logramos. Si, en cambio, decidimos tomar un tiempo libre para pensar bien nuestros siguientes pasos, es igualmente importante transmitir el mensaje correcto.
En este caso, lo importante es no ser percibidos como flojos o volubles, sino explicar el tiempo transcurrido desde nuestra última ocupación como algo que nosotros mismos elegimos, por las razones correctas. Podemos explicar, por ejemplo, lo importante que el trabajo es para nosotros y que, por ello, estamos tomando todo el tiempo que sea necesario para encontrar un nuevo reto que realmente nos estimule y que sea adecuado para nosotros.

¿Cuáles son sus principales fortalezas? ¿Cuáles son sus principales debilidades?
Debería ser sencillo hablar de nuestras fortalezas para conquistar al entrevistador y obtener el tan ansiado ascenso, aumento de sueldo o nuevo puesto de trabajo. Sin embargo, una entrevista es per se una situación estresante y hasta al más rápido se le pueden escapar las tortugas cuando menos se lo espera. Por ello es fundamental pensar y definir claramente cuáles son nuestras fortalezas y tenerlas siempre a mano, priorizando las que tengan mayor relación con el nuevo trabajo al que aspiramos, al rubro al que pertenece y a la situación en la que se encuentra la compañía en ese momento. Ser expertos en reflotar empresas quebradas no sirve de mucho si lo que el entrevistado busca es alguien que pueda dirigir un start up; sin embargo, existen muchas cualidades que sirven para ambos proyectos, y es en estas que el aspirante a directivo tiene que concentrarse y enfatizar.
Lo ideal es tener claras por lo menos tres fortalezas, bien pensadas y estructuradas en función del tema de la entrevista, y, dado que no sabemos si podremos hablar de las tres, empezar por la que consideramos la más importante, pensando que tal vez el tiempo no alcance más que para una.
Por otro lado, desde que empecé a trabajar, siempre he escuchado que, cuando te pregunten sobre tus debilidades, debes de señalar rasgos que, al contrario, puedan ser vistos como fortalezas. Nadie en su sano juicio estaría dispuesto a desnudarse tan abiertamente y confesar cuáles son sus verdaderas debilidades, y ningún entrevistador se espera eso tampoco. Lo que desea el entrevistador es medir nuestro nivel de honestidad y consciencia en relación a nuestras debilidades (las pruebas psicotécnicas a las que nos someten probablemente ya le dieron pistas claras sobre lo que, a veces, ni nosotros mismos sabemos) y, asimismo, nuestra capacidad de superar dificultades.

Una debilidad común en ejecutivos senior, aunque parezca casi increíble hoy en día, es no dominar el inglés, por ejemplo. No tiene nada de malo, pues hace veinte años no vivíamos en un mundo globalizado y no era requisito indispensable si no se trabajaba para una transnacional. Idem en lo que se refiere a computación y tecnología en general. Sin embargo, podemos señalar cómo nos hemos puesto al día en los temas mencionados, sabiendo lo importantes que son, y demostrar que estamos abiertos y aptos a aprender cosas nuevas, cualidad fundamental en todo ejecutivo que se respeta.

¿Debilidades que es mejor no señalar?
"Las pelirrojas..." o "las chocotejas de Helena, sobre todo en esos días del mes...".

¿Cuál ha sido su mayor logro? ¿Y su mayor fracaso?
En DMB, el líder del mercado peruano para recolocación de ejecutivos de alto nivel, Inés Temple hace énfasis en averiguar cuál ha sido el "logro madre" de nuestra carrera, el que mejor nos describe como profesionales, y pide que lo pongamos por escrito, con un ejemplo claro y medible que ayude a ilustrarlo mejor. Este es un ejercicio muy útil, pues, al igual que con fortalezas y debilidades, no siempre tenemos claros nuestros logros en orden de importancia, y menos con algún ejemplo sintético pero ilustrativo del porqué lo consideramos importante. Inés recomienda tener a la mano hasta cinco logros, por si acaso tengamos tiempo de explayarnos en el tema, pero siempre hay que empezar por el más trascendental, por el que pueda generar el mayor interés posible por parte del entrevistador y hacernos brillar en todo nuestro valor.
Al preguntarnos por nuestro mayor fracaso, el entrevistador está nuevamente tratando de averiguar nuestra capacidad de enfrentar y superar dificultades, por lo que lo recomendable es pensar en las situaciones más difíciles que hayamos enfrentado profesionalmente y las estrategias que utilizamos para superarlas, siendo honestos y transparentes en todo momento, que es lo que mejor impacto va a causar en nuestro entrevistador. ¡Ojo! Mucho cuidado con divulgar información confidencial o con dejar mal a nuestro anterior empleador o jefe, así la culpa del fracaso no fuera nuestra y hayamos sido los héroes del año al salvar la situación.

¿Por qué deberíamos contratarlo?
"Porque soy lo mejor que le puede suceder a esta empresa." Punto.
Esta es una respuesta que yo misma he dado, en dos oportunidades, y en ambos casos obtuve el empleo. Pero sólo se puede dar cuando uno está REALMENTE seguro de ser el mejor candidato para el puesto, usando un poco de humor y sin pecar de arrogancia. Bien difícil, ¿no?
Para usar una respuesta de este tipo, tenemos que haber podido establecer un buen rapport con el entrevistador, tenemos que estar en una etapa de la evaluación en la que ya sabemos para qué empresa y para que puesto nos están evaluando, y ya hayamos podido señalas cuales son las características que nos hacen únicos y perfectos para el puesto, y por qué estamos seguros que realmente podemos agregar valor en la empresa como nadie más podría hacerlo.
Si las premisas anteriores no se cumplen, es preferible concentrarse en enfatizar nuestras fortalezas y habilidades, nuestros principales logros y en qué consideramos que podemos ser útiles a cualquier empresa que nos contrate. Recordemos ser muy sucintos y claros, pues es probable que estemos repitiendo cosas que ya hemos señalado antes en la entrevista, y no queremos aburrir a nuestro entrevistador.

¿Cuál es su rango salarial?
Esta es una pregunta determinante y, por lo menos en mi caso, sumamente incómoda. Por un lado estamos enamorados del nuevo trabajo y deseamos intensamente obtenerlo; sin embargo, si la remuneración no es la que consideramos que merecemos por nuestra capacidad y experiencia laboral, al aceptar el puesto lo haríamos con un cierto sentimiento de injusticia, con una disonancia interior que no nos permitirá, a largo plazo, dar lo mejor de nosotros mismos.
Para saber cual debería de ser nuestro sueldo es importante investigar a priori el mercado laboral, y averiguar el rango salarial para puestos similares en empresas de tamaño comparable a la que aspiramos. Asimismo, tenemos que tener claro desde un principio cuales serán nuestras responsabilidades y niveles de autonomía, pues no es lo mismo ser responsables de la producción del producto que genera 88% de las ganancias de la empresa, que ser el que se encarga de comprarle el almuerzo al CEO, seamos realistas.
Existen casos muy felices en los que nos "jalan" de una empresa a otra, con ascenso, aumento de sueldo y beneficios adicionales ya incluidos en el paquete, pero este es el menos frecuente de los casos. Si uno está sin trabajo y tiene una familia a su cargo, estará más inclinado a aceptar lo que le ofrezcan y, de ser así, es importante negociar bien beneficios adicionales que "compensen" lo que el sueldo no nos da, como capacitaciones, maestrías, bonos por cumplimiento de objetivos, etc, etc, etc.
Por último, es importante hacer saber a quién nos contrata qué tan satisfechos estamos con la remuneración acordada y cuáles son nuestras expectativas en relación a nuestro futuro en la empresa, de manera tal qué, si al momento no pueden pagarnos lo que consideramos que valemos, en un futuro, y con resultados de desempeño a la vista, la situación pueda revertirse.


Fuente.- http://blogs.semanaeconomica.com/

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